lunes, 12 de septiembre de 2011

Aceites




Los aceites de oliva, de girasol, de soja y de samo son aceites muy sanos por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados y vitamina E. Estos nutrientes son ampliamente conocidos por su efecto cardioprotector y antienvejecimiento, ya que: reducen los niveles de colesterol total y triglicéridos en sangre; reducen el riesgo de formación de coágulos sanguíneos y producen vasodilatación, es decir, aumentan el diámetro de los vasos sanguíneo.

Sin embargo, los aceites tienen un gran contenido calórico, y si estamos realizando una dieta de adelgamiento, restringiremos su uso a aliñar ensaladas, menestras de verdura, para cocinar al horno o a la plancha, o para el desayuno empapando las tostadas con él.

Si estamos haciendo una dieta de adelgazamiento, nunca lo consumiremos frito, ni añadiremos aceite al cocer pastas. Las tortillas se pueden hacer en el microondas sin una sola gota de aceite, lo mismo que las salchichas. El huevo frito se puede sustituir por huevo a la plancha. Como guarnición, las patatas al horno también son una buena alternativa a las patatas fritas.

El aceite de coco y el aceite de palma tienen muchos ácidos grasos saturados, que tienen el efecto contrario y no resultan nada aconsejables para el sistema cardiovascular, por lo que se desaconseja su uso. Desafortunadamente, la mayoría de los dulces y bollos están hechos con esos aceites, camuflados con el nombre de "grasas y aceites vegetales" pero si leemos bien las etiquetas, encontraremos algunos dulces muy ricos libres de estas grasas.


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